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Los viejos diesel contaminan Milán

Las principales ciudades italianas registraron el año pasado unos niveles de óxido de nitrógeno claramente excesivos, a pesar del cierre patronal. Esta es la conclusión de la organización ecologista Legambiente en su informe anual. Pide la prohibición inmediata de los vehículos diésel hasta Euro 5.

La contaminación atmosférica en las principales ciudades italianas es alarmante. En Roma se midió el año pasado un valor medio de óxido de nitrógeno de 34 μg/m3. En Milán fue incluso de 39 μg/m3. Estos valores se han publicado ahora en el informe anual "Mal'aria di città" de la organización ecologista Legambiente. Los valores se sitúan así claramente por encima del valor límite de 20 μg/m3 considerado nocivo para la salud por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Es cierto que ya existen zonas medioambientales en Milán y Roma. En Milán, por ejemplo, están prohibidos los coches diésel hasta Euro 4 inclusive, pero las normas son menos estrictas para otros tipos de vehículos, incluidos los camiones, que contribuyen en gran medida a la contaminación por óxidos de nitrógeno. Los camiones Euro 4 pueden entrar en la zona de bajas emisiones. Según la organización ecologista Legambiente, los principales responsables del aire viciado son los vehículos diésel antiguos. En Milán, por ejemplo, su cuota de contaminación por óxidos de nitrógeno en 2018 fue de alrededor del 30%. Por ello, la organización ecologista pide que se prohíban de inmediato los vehículos diésel antiguos en la ciudad.

Este paso hacia prohibiciones de circulación más estrictas ya ha sido acordado entre el Gobierno italiano y la administración del valle del Po, donde se encuentra Milán. Sin embargo, aún no está claro cuándo entrará en vigor la normativa más estricta.

No obstante, Milán ya está intentando combatir la contaminación atmosférica con otros medios. Por ejemplo, se ha introducido un paquete antiesmog que prohíbe fumar cigarrillos al aire libre a menos de 10 metros de otras personas. También está prohibido fumar en las paradas de transporte público, parques, instalaciones deportivas y cementerios.

Además, a partir de este año no se podrán instalar nuevas calefacciones de gasóleo. A partir de octubre de 2022, dejarán de utilizarse con carácter general. Las estufas de leña, como las que se utilizan en las pizzerías, tendrán que cumplir una estricta normativa medioambiental a partir de octubre de 2023.

Así pues, Milán está en el buen camino para frenar la contaminación atmosférica. Sin embargo, queda por ver si también dejará fuera a los antiguos vehículos diésel y se hará así impopular entre muchos propietarios de estos vehículos.