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La electrificación de la UE no es "apta para 55

A partir de 2035 no habrá más coches nuevos con motor de combustión en la UE. Además, para 2030 las emisiones de CO2 del transporte deberán reducirse un 55% respecto al nivel actual. Pero muchos países de la UE van muy retrasados en materia de electrificación. El objetivo parece utópico.

El plan climático de la UE "Fit for 55", presentado el miércoles, no deja más espacio para los motores de combustión. Muchos países ya han anunciado que el gasóleo y la gasolina dejarán de utilizarse en algún momento. La propia UE ha fijado 2035 como el año en que saldrán de la cadena de producción los últimos coches de combustión. En los próximos nueve años, las emisiones de CO2 del parque automovilístico deberán reducirse drásticamente: se emitirá un 55% menos de CO2 que en la actualidad.

Muchos fabricantes de automóviles, como VW, ya se han comprometido con este objetivo. Quieren ser completamente eléctricos entre 2028 y 2035. Sin embargo, aunque algunos fabricantes quieren seguir apostando por los e-combustibles, la UE no deja margen para los combustibles sintéticos. Como los fabricantes tienen que cumplir los límites de emisiones con sus flotas, pero los vehículos con e-combustibles, a diferencia de los que funcionan con baterías, cuentan para el presupuesto de CO2, apenas les queda margen para investigar y desarrollar combustibles sintéticos pero neutros para el clima. La UE sigue así el objetivo de VW de apostar principalmente por los coches eléctricos alimentados por baterías.

Pero este objetivo parece casi utópico, al menos en toda Europa. Aunque algunos países ya tienen una elevada proporción de coches nuevos con motor eléctrico, muchos otros, sobre todo del este y el sur de Europa, están muy rezagados. En el conjunto de la UE, el porcentaje de coches eléctricos es sólo del 0,5%.

Y no sólo la cuota de coches eléctricos en el mercado, sino también la estructura de recarga apenas está desarrollada en estos países.  Por ello, en su paquete de medidas, la UE también ha estipulado que en el futuro deberá haber una estación de recarga cada 60 km en las carreteras principales, de modo que se cree una red de recarga a escala nacional.

Sólo el tiempo dirá cómo aplicará la UE estos ambiciosos planes, tanto en lo que respecta a los coches eléctricos en su conjunto como a las emisiones del sector del transporte. Lo que es seguro es que muchos países tendrán que recibir enormes ayudas para poner en marcha el mercado del coche eléctrico.

En el caso de otras directivas, por ejemplo las relativas a la contaminación atmosférica y las zonas medioambientales en Europa, también se demuestra una y otra vez lo mucho que tardan en aplicarse las directivas de la UE. En muchos países de la UE, el aire sigue siendo mucho peor de lo permitido. Incluso países como Alemania y Francia, que introdujeron zonas medioambientales hace años para combatir los altos niveles de contaminación atmosférica, son demandados repetidamente por la UE por incumplir las directivas comunitarias. En otros países, sobre todo del Este, ni siquiera se han introducido zonas de bajas emisiones.

Queda por ver qué significa realmente el nuevo paquete de medidas para la electrificación de Europa. Aún queda mucho camino por recorrer antes de que tengamos un sector del transporte puramente eléctrico.