Depresión debida a la contaminación atmosférica
Los efectos de la contaminación atmosférica no sólo dañan el cuerpo, sino también la psique. Esto es lo que ha descubierto un estudio belga. Con el aumento de la contaminación atmosférica, más gente acude al médico o coge la baja por enfermedad.
El estudio sugiere que existe una relación no sólo entre la contaminación y enfermedades crónicas como la hipertensión, sino también con enfermedades crónicas como la depresión. Se descubrió que un aumento de la contaminación repercute directamente en el bienestar mental. Las dolencias psicológicas se desencadenan un 3,5% más a menudo cuando el nivel de partículas aumenta sólo un 0,5 por microgramo. Si el contenido de dióxido de nitrógeno se incrementa en cinco microgramos por metro cúbico, los partes de enfermedad aumentan un 4,2 por ciento.
Sin embargo, de los resultados no puede deducirse que la contaminación sea la causa de la depresión o el agotamiento, pero sí puede considerarse que la contaminación atmosférica es un factor desencadenante de esas enfermedades. Sorprendentemente, el fenómeno es menos pronunciado en invierno, cuando la contaminación atmosférica es especialmente elevada. Esto se debe a que las personas están mucho menos expuestas a la contaminación durante esta época, ya que pasan la mayor parte del tiempo en interiores. De todas las personas estudiadas que se dieron de baja por enfermedad, una cuarta parte lo hizo por problemas de salud mental.
No se encontraron diferencias significativas entre los habitantes de zonas urbanas y rurales. Sin embargo, esto podría deberse a que Bélgica está muy poco poblada y las diferencias entre las zonas urbanas y rurales son menos pronunciadas aquí que en otros países. Si utilizamos los valores de referencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para los contaminantes, hasta el 80% de los belgas están expuestos a niveles elevados.
Christian Horemans, de las Cajas Independientes del Seguro de Enfermedad de Bélgica, ve en los resultados del estudio una razón para que los responsables políticos tomen por fin medidas activas contra la contaminación atmosférica. La población debe ser informada y advertida, y los límites de la OMS deben ser finalmente respetados.
Por supuesto, el aire limpio también se consigue en parte a través de las zonas medioambientales. Éstas pueden contribuir a reducir las emisiones contaminantes en las regiones que sufren una fuerte contaminación. De este modo, garantizan en última instancia un mayor bienestar de la población trabajadora y, por tanto, una mayor productividad laboral, ya que menos personas se dan de baja por enfermedad.