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Combustión áde: Los fabricantes de automóviles se ponen serios

Las primeras grandes empresas automovilísticas han dado fechas concretas para el abandono progresivo del motor de combustión interna. Así que las cosas se ponen serias para los motores diésel y de gasolina. Pero los concesionarios mantienen abiertas algunas lagunas y también exigen más ayuda a los políticos. Pero aunque no haya más motores de combustión nuevos, los existentes no desaparecerán tan fácilmente.

Audi y VW han concretado el fin de los motores de combustión. Audi ha anunciado que el último modelo nuevo se presentará en 2025. A partir de 2033, no se ofrecerán más motores de combustión. VW fijó el periodo de retirada progresiva entre 2033 y 2035. Los expertos ven el anuncio como una señal para otros fabricantes de automóviles. Otras marcas podrían seguir pronto su ejemplo.

Pero los fabricantes mantienen abiertas algunas puertas traseras. Por ejemplo, quieren seguir investigando los e-combustibles. Se trata de combustibles sintéticos que funcionan como el gasóleo y la gasolina, pero que pueden producirse de forma sostenible. Serían necesarios sobre todo para coches deportivos como el Porsche 911 si los combustibles convencionales dejaran de estar disponibles. BMW también cree que es importante abordar la nueva movilidad de la forma más abierta posible y no comprometerse con un único camino. Además, los fabricantes de automóviles sólo han anunciado el fin de los motores de combustión para Europa por el momento. Las zonas medioambientales, cada vez más estrictas aquí, no les dejan otra opción. Mientras que en Estados Unidos y China se tardará un poco más, en África y Sudamérica aún no se vislumbra un cambio de rumbo.

Aunque el fin del motor de combustión interna se está haciendo mucho más concreto con los anuncios de Audi y VW, el fin real está todavía muy lejos. Cuando los nuevos coches de combustión salgan de la cadena de producción a mediados de la próxima década, seguirán circulando por nuestras carreteras hasta 10 años después, algunos incluso más. Así que hasta 2045 o 2050, nuestras calles cambiarán lentamente.

Esta lenta transición puede no ser mala para la estructura de tarificación. La infraestructura no podría soportar un cambio rápido. Pero para el clima, podría llevar demasiado tiempo. Esta es otra razón por la que los fabricantes de automóviles exigen que los políticos y el sector energético ayuden y se ocupen de la estructura de recarga y del aumento de electricidad que necesitarán los coches eléctricos, independientemente de si funcionan con baterías, hidrógeno o e-combustibles. Porque todos estos tipos de propulsión necesitan electricidad, que debe proceder de energías renovables para que la movilidad sea realmente ecológica. Pero como en la actualidad no hay excedentes de electricidad verde, en términos puramente matemáticos todo nuevo e-car tiene que estar propulsado actualmente por combustibles fósiles.

Por tanto, los políticos deben apoyar a toda costa a los fabricantes de automóviles para que el fin del motor de combustión interna sea un éxito. De lo contrario, o bien la infraestructura no estará preparada, o bien las emisiones sólo se trasladarán de la carretera a los proveedores de energía.