A partir de 2025 se introducirá en el Mediterráneo la zona medioambiental (zona SECA). Siguiendo el modelo de otras zonas acuáticas, la medida pretende reducir el impacto de los buques en el ecosistema marítimo.
La emergencia climática y los niveles de contaminación de muchas ciudades del mundo han llevado a establecer cada vez más zonas de bajas emisiones. Pero esto no sólo ocurre en tierra. También se están creando cada vez más zonas de bajas emisiones en zonas acuáticas. En numerosas regiones se han establecido Zonas de Control de Emisiones de Azufre (SECA) en las que se restringen las emisiones de azufre y óxidos de azufre de los buques marítimos. Ya existen restricciones desde 2006 para todos los buques de navegación marítima en el Mar Báltico o en la zona costera de California, donde los buques diésel no pueden superar una fracción másica de azufre del 0,5%. Ahora también se ha decidido una zona de control de emisiones de este tipo para la región mediterránea.
El 10 de junio de este año, el 8º Comité de Protección del Medio Marino de la Organización Marítima Internacional (OMI) decidió establecer una zona SECA. A partir de 2025, esta zona deberá abarcar todo el Mediterráneo y mantener bajo control las emisiones de óxidos de azufre y partículas. Con estas directrices, los Estados mediterráneos colaboran en el seno de la OMI para promover un transporte marítimo más limpio. El establecimiento de la zona pretende contribuir a la mejora de la calidad del aire en puertos y mares costeros, así como a la reducción de la contaminación de las aguas mediterráneas.
En concreto, el establecimiento de la zona SECA significará que todos los buques que entren en el Mediterráneo podrán utilizar combustible con un contenido máximo de azufre del 0,1% en masa. Esto corresponde al límite establecido en 2015 para todas las zonas SECA del mundo. Esto significa que sólo se permitirá la combustión de combustibles que sean al menos cinco veces menos nocivos para el medio ambiente que los de las zonas no SECA.
El próximo reglamento y el requisito específico se basan en estudios internacionales en los que los Estados mediterráneos han colaborado durante años. A la vista del impacto ambiental previsto de la medida, la introducción de una zona de control de emisiones es un paso importante para la región mediterránea. Al fin y al cabo, es justo regular también los contaminantes emitidos en el agua. También perjudican la calidad del aire. Su impacto es a menudo incluso más nocivo para el medio ambiente que el de un viejo coche contaminante en tierra.
Sólo porque las rutas marítimas escapen a nuestra vista en la vida cotidiana y sean menos evidentes que un tramo de carretera en el centro de la ciudad, no se puede seguir ignorando el problema de la contaminación ambiental en el Mediterráneo. Con la introducción de la zona medioambiental marítima, la comisión quiere ahora modificar activamente el tráfico marítimo. Al igual que el suelo y el aire, las medidas de protección del medio ambiente también deberán proteger más eficazmente las aguas en el futuro.