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Wurzburgo: ¿Flasheado por un coche eléctrico?

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La ciudad apuesta decididamente por la e-movilidad y ha instalado un radar de velocidad eléctrico. Sin embargo, a los ciudadanos no les convence en absoluto la medida.

Todo conductor conoce el susto inicial cuando cree que le acaban de hacer un flash. Móviles o parados, los nuevos modelos aparecen constantemente en las carreteras alemanas. Sin embargo, las infracciones por exceso de velocidad se registran a menudo desde coches situados al borde de la carretera. Así ocurría también en Wurzburgo, capital del distrito de Baja Franconia, hasta que el ayuntamiento ideó una alternativa más ecológica. Wurzburgo ha decidido convertir un coche eléctrico en un control de velocidad móvil. La ciudad quiere demostrar que su compromiso con la transición a la electromovilidad empieza por las autoridades.  

La ciudad presentó el nuevo vehículo a los ciudadanos con el lema "Uso respetuoso con el medio ambiente". La ciudad lleva ya unos dos años apostando por la electromovilidad y utilizando bicicletas eléctricas. Ahora la ciudad quiere complementar las bicicletas eléctricas y proporcionar el control del tráfico necesario con un coche eléctrico que incluya un moderno sistema de radares de velocidad. A diferencia del antiguo coche con radar al que sustituye, el vehículo eléctrico está equipado con el último sistema de medición láser TraffiStar S350, que no sólo debería permitir mediciones más precisas, sino también facilitar su uso en curvas y tramos ciegos de la carretera.  

El ayuntamiento es muy optimista respecto al proyecto. Con el nuevo radar de velocidad ecológico, "no sólo cumplimos la resolución del ayuntamiento que marca tendencia", afirma el funcionario municipal Wolfgang Kleiner. "De hecho, la ciudad de Würzburg está realizando una labor pionera en el ámbito del control de la velocidad y, lo que no es menos importante, está contribuyendo de forma significativa a la protección del medio ambiente", prosigue. 

Por parte de los ciudadanos, sin embargo, el entusiasmo no parece ser tan grande. El proyecto fue recibido con sorna y se convirtió en el hazmerreír de las redes sociales. "¡Qué despilfarro de dinero!", escribió la mayoría de los seguidores de la página de la ciudad en Facebook. Las críticas se centraron en la decisión de invertir el dinero de los contribuyentes en la electrificación de un vehículo que no se utiliza todos los días. Y cuando lo hace, suele permanecer aparcado al borde de la carretera. Los habitantes de Würzburg se preguntan si realmente podría contribuir a la protección del medio ambiente. Creen que no merece la pena e incluso piensan que el proyecto les disuadirá aún más de visitar con frecuencia el centro de la ciudad.  

Aún es demasiado pronto para saber si el uso de un único radar de tráfico eléctrico puede tener realmente un efecto respetuoso con el medio ambiente. Sin embargo, el hecho de que la ciudad bávara se mueva cada vez más hacia formas sostenibles de movilidad es una señal positiva. Al fin y al cabo, Wurzburgo intenta avanzar con los tiempos y seguir los pasos de otras ciudades y distritos. El concepto de movilidad ecológica gana terreno en cada vez más administraciones. Y allí donde no se utilizan coches eléctricos, las autoridades invitan cada vez más a sus empleados a utilizar el transporte público o los servicios de coche compartido.