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Un nuevo neumático recoge microplásticos

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Los microplásticos suponen una grave amenaza para la salud humana y animal, así como para las plantas. Una gran proporción de microplásticos se produce por la abrasión de los neumáticos de los coches al conducir. Un nuevo tipo de neumático puede evitar que esta abrasión acabe simplemente en el medio ambiente.

Los microplásticos están en boca de todos. Pero no sólo ahí, sino también en los pulmones y, en el peor de los casos, en el torrente sanguíneo. Esto se debe a que los microplásticos no desaparecen sin más, sino que se transforman en partículas cada vez más pequeñas que pueden acabar por todas partes. Un fenómeno que se ha subestimado durante mucho tiempo es la abrasión de los neumáticos. El caucho pasa del neumático a la carretera y de ahí al agua y al suelo. Según su tamaño, un neumático de coche pierde más de cuatro kilos de microplásticos antes de desgastarse y tener que ser sustituido. Cada año se producen en Europa unas 500.000 toneladas de abrasión de neumáticos.

En general, cuanto más pesado es el vehículo y más grandes son los neumáticos, más abrasión se produce. Y aunque los gases de escape de un coche eléctrico no emiten contaminantes, la batería en particular añade un peso considerable, lo que aumenta el desgaste de los neumáticos. Como resultado, el desgaste de los neumáticos de un coche eléctrico puede ser mayor que el de uno de combustión.

Pero, por supuesto, también depende de la calidad de los neumáticos. Por término medio, se desgastan 120 gramos por cada 1.000 kilómetros. El ADAC ha investigado qué neumáticos se desgastan más rápido. El menor desgaste se encontró en los neumáticos de Michelin, Vredestein y Goodyear. Todos estaban por debajo de 110 gramos por cada 1.000 kilómetros. En el extremo inferior de la escala se encuentran los neumáticos de Bridgestone, Nokian y Pirelli, que producen más de 130 gramos de abrasión en la misma distancia.

Los diseñadores de Koranic han desarrollado ahora un neumático llamado Pureback, que reduce varias veces la cantidad de microplásticos liberados al medio ambiente. El principio es muy sencillo: las ranuras de los neumáticos son permeables y recogen los microplásticos en un cilindro situado en el centro del neumático. Si el cilindro está lleno, se recibe un aviso a través de una pantalla LED en el coche. El cilindro del neumático puede vaciarse de nuevo en el taller correspondiente y reutilizar el plástico desechado.

Los neumáticos aún no se fabrican en serie, pero cuando lo estén, podrán evitar que una gran parte del plástico que circula por nuestras carreteras acabe en el suelo o en los cursos de agua.