Unos estudiantes holandeses han desarrollado un prototipo de coche que absorbe más dióxido de carbono del que emite. Quieren abrir los ojos a la industria automovilística y mostrar lo que ya es posible. (Foto: TU-Eindhoven)
Un grupo de estudiantes de la Universidad Tecnológica de Eindhoven ha desarrollado un coche eléctrico que no sólo es lo más neutro posible en carbono, sino que además captura las emisiones de CO2 generadas durante la conducción. La universidad lo anunció la semana pasada al publicar los resultados del proyecto en su página web. En el proyecto trabajaron 35 estudiantes, desde el diseño hasta el desarrollo y la producción. El grupo está ahora listo para mejorar aún más el prototipo, llamado "Zem", y sacarlo a la carretera.
Según el comunicado de prensa de la TU, el éxito del proyecto radica principalmente en el filtro especial desarrollado por los propios estudiantes. Gracias a él, el e-car puede capturar, almacenar y finalmente eliminar unos 2 kilogramos de CO2 por cada 20.000 kilómetros recorridos al año. Esto significa que diez coches "Zem" pueden almacenar tanto dióxido de carbono como un árbol medio. Un desarrollo único para el que los estudiantes ya están listos para solicitar una patente.
Aunque algunos aún no estén convencidos de la capacidad de almacenamiento, es innegable que el proyecto ya demuestra un gran potencial. Si "Zem" encuentra un lugar en el mercado automovilístico a gran escala y se implanta en todos los coches, los esfuerzos de los estudiantes de Eindhoven podrían dar un nuevo impulso positivo al mundo de la movilidad y a la lucha contra el cambio climático. Al fin y al cabo, todavía hay mil millones de coches circulando por el mundo que podrían utilizar esta tecnología para absorber CO2 en lugar de emitirlo.
Y eso no es todo. Los estudiantes de la TU quieren ir un paso más allá y seguir mejorando y optimizando el prototipo. No se trata sólo de preparar el vehículo para la carretera, sino también de conseguir que todo el ciclo de vida del vehículo eléctrico sea neutro para el clima. El equipo de desarrollo concede gran importancia a este aspecto. Lo ideal sería que "Zem" no emitiera dióxido de carbono en absoluto, desde su construcción hasta la fase final de reciclado. Para ello, ya han entrado en juego otras tecnologías innovadoras. Por ejemplo, el monocasco y los paneles de la carrocería se fabricarían con impresoras 3D. También hay que optimizar los filtros de CO2, cuya capacidad -explica Louise de Laat, jefa del equipo- aumentará en los próximos años.
En el trasfondo del proyecto estudiantil está la esperanza de que sus esfuerzos inspiren al sector del transporte a ser más sostenible y abran los ojos a los fabricantes de automóviles. "Queremos hacer cosquillas a la industria mostrando lo que ya es posible", afirma Nikko Okkels, Director de Relaciones Exteriores de la Universidad Técnica de Eindhoven. "Si 35 estudiantes pueden construir un coche casi neutro para el clima en un año, también hay oportunidades para la industria".
No es una carrera, sino una invitación a trabajar juntos. Porque sólo la colaboración a gran escala entre la investigación y la industria del automóvil puede permitir el desarrollo y la aplicación de soluciones de movilidad más sostenibles. Un paso adelante que -como lamentablemente demuestra el desarrollo de la emergencia climática- no puede seguir postergándose.