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Sri Lanka: ¿zona de bajas emisiones para los tuk-tuks?

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En Sri Lanka, la movilidad eléctrica significa inicialmente convertir los autorickshaws en e-drives. Unos 600.000 tuk-tuks dirán adiós a los motores de combustión en los próximos años para apoyar la economía del país y hacer más sostenible el transporte en la isla. ¿Se crearán zonas medioambientales para ello?

Los coches eléctricos tienen una importancia indiscutible en la transición del transporte. Pero, ¿qué papel pueden desempeñar en países donde los coches no suelen ser la primera opción de los ciudadanos cuando se trata de sus necesidades de movilidad? Precisamente por eso, mientras países como Noruega y Suecia se centran en promover los coches eléctricos, la movilidad eléctrica adopta otras formas en Asia. En los próximos cinco años, Sri Lanka tiene previsto convertir más de medio millón de tuk-tuks a propulsión eléctrica. 

Probablemente haya unos 1,2 millones de estos pequeños rickshaws motorizados en las carreteras del país del sur de Asia. Así que tiene todo el sentido del mundo que el Ministerio de Transportes inicie la revolución eléctrica en la isla con un vehículo tan firmemente anclado en la vida cotidiana. Junto con el Ministerio de Electricidad y Energía y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se trata de elaborar planes para la transformación sostenible de la flota de auto-rickshaw en los próximos años. Casi la mitad de los tuk-tuks que circulan actualmente se equiparán con motores eléctricos. Sin embargo, la conversión empezará primero con 200 vehículos motorizados de tres ruedas de la región de la capital. Se dará prioridad a los propietarios de vehículos que dependan económicamente en gran medida de sus tuk-tuks.  

Uno de los principales objetivos del proyecto es poner en circulación triciclos eléctricos y apoyar así a los numerosos conductores de tuk-tuk que han tenido que abandonar sus autorickshaws debido a la crisis económica y a la falta de combustible. Al mismo tiempo, Sri Lanka y las Naciones Unidas quieren utilizarlo para impulsar el cambio de rumbo del transporte en la isla. "Esta cartera pretende encontrar soluciones conjuntas para catalizar un desarrollo bajo en carbono, ecológico e integrador, en el que el transporte sostenible y la movilidad eléctrica desempeñen un papel clave", explica Azusa Kubota, del programa del PNUD. 

Sin embargo, aún quedan muchos pasos que el país debe dar para crear un sistema sostenible que pueda apoyar una expansión a largo plazo y defendible del sector eléctrico en Sri Lanka. La construcción de infraestructuras de recarga adecuadas, por ejemplo, también debería incluirse en los planes del gobierno local y garantizar que los nuevos autorickshaws eléctricos puedan cargarse en la carretera a precios asequibles. ¿Tendrían también sentido en este contexto las zonas de bajas emisiones? Esto regularía el tráfico de los muchos otros vehículos de combustión que aún circulan por las carreteras -con los consiguientes beneficios para la calidad del aire y el medio ambiente- y fomentaría indirectamente el cambio de vehículos eléctricos como los e-tuk-tuks.