Será caro aparcar vehículos de dos ruedas en las calles de la capital francesa. París quiere hacer más atractivas las alternativas eléctricas y encaminarse hacia un futuro limpio.
Tras un largo debate sobre la reestructuración del sistema de aparcamiento en París, a partir de ahora los vehículos motorizados de dos ruedas también tendrán que pagar por aparcar en el centro de la ciudad. Ligeramente más barata que la que se cobra a los automovilistas, la tarifa oscila entre 2 y 3 euros desde principios de este mes. Depende de la zona tarifaria donde se quiera aparcar.
Los residentes que quieran aparcar un vehículo de dos ruedas con motor de combustión delante de su casa pueden disfrutar de condiciones favorables. Por ejemplo, pueden solicitar un abono más barato para el aparcamiento de residentes, que inicialmente costará sólo 22,50 euros al año. Para el resto de propietarios de motos, sin embargo, será un asunto caro. Que puede encarecerse aún más si los motoristas no respetan la nueva norma.
Para su desgracia, no se prevé un periodo de gracia, que suele concederse en los primeros meses tras la introducción de una nueva norma de tráfico para facilitar la transición a los ciudadanos. La multa por estacionamiento incorrecto o impagado ronda ya los 37 euros - incluso 50 euros en caso de estacionamiento tardío. Las posibilidades de ser pillado también son altas, ya que los controles no los realiza la policía de tráfico, sino un proveedor de servicios privado contratado al efecto, cuyos empleados cobran en función del número de multas de aparcamiento emitidas. Por tanto, no es de extrañar que los inspectores patrullen las carreteras con mayor rigor y empeño.
No obstante, hay excepciones. Por ejemplo, los vehículos de dos ruedas con motor eléctrico pueden aparcar gratuitamente en el centro de París. Esto se debe principalmente a que la ciudad quiere promover el cambio a alternativas eléctricas, además de la esperanza de obtener ingresos adicionales de las tarifas de aparcamiento. Y es que, como señaló David Belliard (Los Verdes), teniente de alcalde responsable de Transportes, para el gobierno municipal es sumamente importante reducir la contaminación acústica y atmosférica del tráfico con la nueva normativa. Por supuesto, esto también significa seguir ofreciendo opciones atractivas para los vehículos más respetuosos con el medio ambiente, incluido el aparcamiento.
Para ello, París quiere preparar sus carreteras y a sus residentes para el futuro endurecimiento de las prohibiciones de circulación. No sólo los automovilistas tendrán que acostumbrarse, sino también quienes se desplacen sobre dos ruedas. A diferencia de Alemania, en Francia también deberán exhibir un distintivo medioambiental y, por tanto, estarán sujetos a la normativa correspondiente. Esta última, en particular, pronto será más estricta. A partir de julio de 2023, se prohibirá la pegatina 3 y, a partir de 2024, todos los vehículos diésel estarán prohibidos en París. Entonces sólo tendrá sentido que el ayuntamiento de París introduzca medidas que fomenten la reducción de las motos con motor de combustión en favor de alternativas más limpias. Las nuevas tasas de aparcamiento son, pues, sólo un medio para alcanzar el objetivo de prohibir todos los vehículos en la ciudad de aquí a 2030. Un paso más hacia un París más ecológico.