Ya es oficial: ¡Alemania se encamina hacia un desastre de ley de tráfico! El Bundesrat ha bloqueado de plano una reforma de la ley de tráfico que preveía más zonas de 30 km/h, calles lúdicas y carriles bus y bici. Los gobiernos de los estados federados han anulado así la propuesta del ministro de Transportes, Wissing, y nos han acercado un paso más al abismo.
En realidad, la reforma pretendía dar a las ciudades y municipios más margen de maniobra para el establecimiento de carriles bus y zonas de 30 km/h, así como medidas para la seguridad de peatones y ciclistas. Pero no, el Bundesrat, es decir, los representantes de los estados federados, respondieron a la ley con un rotundo "no" y tiraron así de la manta todos aquellos que esperaban una mejora de la seguridad vial y la protección del medio ambiente.
Pero no se trata sólo de más carriles bici o de circular a velocidad reducida. Se trata de mucho más. Se trata de la seguridad vial, de nuestra salud y de dar forma a las ciudades del mañana.
La reforma debería permitir a las autoridades locales tener más en cuenta las necesidades de peatones, ciclistas y transporte público. Nos habría permitido movernos por nuestras ciudades con más libertad y seguridad. Nos habría permitido contribuir activamente a la protección del clima recurriendo menos al automóvil.
Pero los políticos han conseguido una vez más bloquear el progreso e ignorar las necesidades de los ciudadanos. Nos han robado la oportunidad de hacer una importante contribución a la protección del clima y aumentar la seguridad vial. Nos han robado la oportunidad de hacer de nuestras ciudades lugares más habitables, seguros y sostenibles. La decisión del Consejo ha sido una sorpresa, ya que muchos Estados federales han pedido recientemente más flexibilidad en la capacidad de decisión de los Estados federales y las autoridades locales.
El Ministro Federal de Transportes, Volker Wissing, lamentó el fracaso de la nueva normativa y subrayó que las autoridades locales necesitan más margen de maniobra sobre el terreno. Los estados federales probablemente no estaban de acuerdo con esto, al menos en la forma de la nueva ley.
La Asociación Alemana de Ciudades también ha criticado el fracaso de la reforma y ha hecho hincapié en la necesidad de dar a las autoridades locales más margen de decisión en materia de planificación y gestión del tráfico. La Federación Alemana de Ciclistas (ADFC) reaccionó con conmoción y teme un drástico deterioro de la red de carriles bici en Alemania y de la seguridad de los ciclistas.
El fracaso de esta reforma es un duro golpe para la seguridad vial y la protección del clima. Es la prueba de que los políticos son incapaces de impulsar los cambios necesarios y abordar los problemas urgentes de nuestro tiempo. Parece que las distintas instituciones políticas alemanas se obstaculizan mutuamente en lugar de impulsar la movilidad ecológica.