La electromovilidad parece ser actualmente el futuro irrefutable de la industria. Pero mientras empresas como Volkswagen siguen avanzando, otros grupos como BMW, Skoda, General Motors y, sobre todo, Mercedes están cambiando su estrategia. En lugar de centrarse exclusivamente en los propulsores eléctricos, están volviendo a centrarse más en las necesidades de los clientes e incluso planean seguir desarrollando el diésel.
En una entrevista concedida a "Auto Motor & Sport", el jefe de Mercedes, Ola Källenius, anunció que se mantendrán todas las combinaciones de propulsión relevantes, incluido el híbrido diésel. La empresa se centra en una especie de "renovación integral" y deja que los clientes decidan lo que quieren.
Esta decisión puede parecer sorprendente a primera vista, pero demuestra que puede tener sentido no centrarse exclusivamente en los propulsores eléctricos. Por supuesto, Mercedes también se está preparando para el fin de los motores de combustión en la UE a partir de 2035 y tiene previsto introducir numerosos modelos eléctricos nuevos. Sin embargo, el hecho de que no renuncien por completo a los motores diésel podría tener varias ventajas.
En primer lugar, podría significar que Mercedes prevé una demanda significativa de motores de gasolina, diésel e híbridos al menos hasta poco antes de 2035, lo que podría indicar que la demanda de coches eléctricos no será tan alta como se piensa actualmente.
En segundo lugar, podría significar que Mercedes está considerando combustibles alternativos como el diésel climático HVO. Éste se produce a partir de recursos renovables y sostenibles y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 90% en comparación con el gasóleo convencional. En términos de huella de carbono, un diésel alimentado con HVO podría ser incluso más respetuoso con el medio ambiente que un coche eléctrico.
Esto plantea la cuestión de lo que podría significar para las zonas de bajas emisiones. ¿Habría que revisar las condiciones de las zonas de bajas emisiones? ¿Debería permitirse la circulación de vehículos con gasóleo climático en zonas de bajas emisiones porque son potencialmente más respetuosos con el medio ambiente que los coches eléctricos?
Por supuesto, el diésel climático también tiene desventajas. Es más caro que el diésel convencional y podría resultar inasequible para muchas personas si su respeto por el clima no se ve recompensado por un tipo impositivo reducido.
Ofrecer diversas opciones de propulsión y dar a los clientes la posibilidad de elegir podría tener sus ventajas. Esto también podría significar que las condiciones de las zonas medioambientales deben reconsiderarse y adaptarse para tener en cuenta combustibles alternativos como el diésel climático. Los próximos años mostrarán qué impacto tendrá esto en la industria automovilística y el medio ambiente y cómo evolucionará la situación.