Ya sea en tierra o en el mar, la ciudad quiere ser más estricta con la contaminación. El nuevo transbordador muestra resultados prometedores para una navegación más sostenible en el Mediterráneo.
Coches, camiones y aviones ya no son los únicos culpables de la contaminación causada por el tráfico. Desde que el transporte marítimo también está en el punto de mira de las autoridades, cada vez está más claro que también hay que encontrar soluciones para reducir el impacto del tráfico marítimo. Ciudades como Marsella son conscientes de ello desde hace tiempo. No sólo se ha introducido este mes una zona permanente de bajas emisiones -por la que sólo pueden circular por las calles de la ciudad los vehículos con al menos una pegatina 4-, sino que también se han hecho progresos en el mar.
Hace unos días, la naviera La Méridionale inauguró su nuevo barco. Un ferry sin partículas que conectará Marsella con Córcega sin contaminar demasiado el medio ambiente. El funcionamiento más respetuoso con el medio ambiente del transbordador es posible gracias a un innovador filtro, diseñado para reducir considerablemente el nivel de contaminantes emitidos durante la travesía.
El Piana -como se llama el buque- es una "solución completamente nueva, una primicia mundial", comenta Marc Reverchon, Presidente de la empresa. Es el equipamiento lo que hace que este transbordador sea único en el mundo del transporte marítimo. El filtro, instalado en los cuatro motores del Piana, es capaz de eliminar el 99% de los óxidos de azufre emitidos, así como el 99,9% de las partículas finas y ultrafinas. Por tanto, los motores del nuevo transbordador no deberían contribuir casi nada a la formación de contaminantes.
El nuevo transbordador ya ha llamado mucho la atención. Las autoridades y los agentes regionales del control de la calidad del aire también han elogiado el proyecto y el potencial que aún puede alcanzar. "Con el Piana van mucho más allá de lo que exige la normativa", afirma Damien Piga, Director de Relaciones Exteriores e Innovación de AtmoSud. Es de enorme importancia, recuerda Piga, desarrollar nuevas tecnologías que puedan tratar todas las emisiones de partículas, y así ir un paso por delante de las medidas que introducen cada vez más las autoridades locales e internacionales.
Desde 2020, por ejemplo, el contenido de azufre de los combustibles marinos se ha limitado del 3,5% anterior al 0,5%, de acuerdo con un reglamento de la Organización Marítima Internacional (OMI). Un límite que pronto descenderá aún más. A partir de 2025, con la creación de una zona medioambiental marítima (zona SECA) en el Mediterráneo, el contenido de azufre ya no podrá superar el valor umbral del 0,1%.
Marsella está dando grandes pasos en la lucha contra la contaminación atmosférica. La ciudad ya no sólo se preocupa de las emisiones contaminantes en las carreteras, para lo cual está introduciendo normas cada vez más estrictas en la zona medioambiental. También lucha contra la contaminación atmosférica en el agua, con barcos de emisiones cero. Lo cual también es mucho más justo, ya que, al fin y al cabo, la navegación es responsable de muchos más contaminantes.