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Manipulación de gases de escape: un tuneador va a la cárcel

Green-Zones News

Tras el escándalo de las emisiones de VW, un estadounidense de 35 años se encuentra ahora en el centro de la polémica sobre los motores diésel. Como vendía dispositivos para manipular los gases de escape, ha sido enviado a prisión, como precio por el daño medioambiental que causó.

"Defeat-device" o "dispositivo de desactivación": más conocidos por el escándalo de los motores diésel de Volkswagen de septiembre de 2015, estos dispositivos han dejado una huella imborrable en la industria del automóvil. Incluso hoy en día, los individuos a menudo tratan de jugar con el sistema de escape con el fin de evitar tener que cumplir con las regulaciones de emisiones - o incluso por el "placer" de emitir tanto humo y hollín como sea posible desde el tubo de escape. Estos llamados "carboneros" cuentan con el apoyo de tuneadores que manipulan los vehículos para ellos. Ahora uno de estos tuneadores profesionales ha sido sorprendido haciendo precisamente eso y se encuentra entre rejas. 

Según el Departamento de Justicia de EE.UU., este hombre de 35 años infringió con sus acciones la Ley de Aire Limpio. A través de su empresa de tuning, había vendido más de 14.000 instrumentos técnicos y los había instalado principalmente en camiones Ford, con un funcionamiento similar al del dispositivo manipulador de VW. Esto permitía a los vehículos manipulados lograr un mayor rendimiento. Un aumento del rendimiento, sin embargo, a costa del medio ambiente, por el que ahora pagará el tuneador. Este hombre de 35 años ha sido condenado a un año de cárcel y a una cuantiosa multa por el juez de distrito de mayor rango. Tendrá que pagar hasta 2,5 millones de dólares. De esta cantidad, 1,3 millones deberán transferirse a las autoridades estadounidenses de protección del medio ambiente como parte de la sanción civil, y el resto deberá devolverse al fisco federal. 

Una infracción problemática no sólo por tratarse de una manipulación ilegal de vehículos, sino también por su impacto negativo en el medio ambiente, en un contexto en el que un número potencialmente creciente de coches modificados podría tener un impacto catastrófico en el clima y la naturaleza. Especialmente en un mundo en el que cada vez se imponen más normas a los vehículos contaminantes para reducir su huella ambiental -empezando por su comportamiento al volante y las emisiones que producen-, esas medidas de tuneado son engañosas y están desfasadas. Estados Unidos, al igual que el resto del mundo, debería estar atento a todos los avances en materia de tuning de vehículos, ya que esta práctica aún puede extenderse y arraigar como una fuerte reacción al creciente número de prohibiciones de vehículos de combustión. 

Es de enorme importancia que las autoridades vigilen siempre la situación y se cercioren del tipo de motor y escape, sobre todo cuando se trata de zonas medioambientales. Un coche tuneado en una zona de bajas emisiones con restricciones de acceso basadas en las emisiones exactas del vehículo sería extremadamente perjudicial para la calidad del aire. También sería injusto para todos aquellos conductores que conducen vehículos contaminantes y que, por esta misma razón, tienen que enfrentarse cada vez más a menudo a prohibiciones y restricciones de circulación.