Tras una feroz oposición, no habrá zona de bajas emisiones con prohibición de vehículos de combustión interna en el casco antiguo de Estocolmo. En su lugar, desaparecerán las plazas de aparcamiento, se reducirá el tráfico en general y se apostará por recuperar los desplazamientos a pie y en bicicleta.
La capital sueca, Estocolmo, ha archivado sus planes de introducir una estricta zona medioambiental, conocida como Zona Medioambiental 3, en el casco histórico de Gamla Stan. Así lo ha anunciado el gobierno rojiverde de Estocolmo en respuesta a las enérgicas protestas del sector de los autobuses, los hosteleros y los comerciantes del casco antiguo.
La proyectada Zona 3 de Bajas Emisiones habría supuesto la prohibición de circular para todos los vehículos que no fueran eléctricos o funcionaran con gas y cumplieran los estrictos requisitos de emisiones Euro 6. El impacto se habría dejado sentir especialmente en los autobuses turísticos, a los que ya no se habría permitido entrar en la zona. Las empresas suecas de autobuses, que ya funcionan en un 85% sin combustibles fósiles -principalmente biodiésel-, habrían tenido que prepararse para un gran desafío. Esto también habría perjudicado al sector turístico de la capital en su conjunto.
Estocolmo ya cuenta con una zona medioambiental que no afecta a los turismos, pero impone normas muy estrictas a autobuses y camiones. Los vehículos deben tener la norma Euro 6 y tampoco pueden tener más de 8 años. En consecuencia, el sector turístico ya se ha adaptado a la última tecnología y a los vehículos de bajas emisiones. Un mayor endurecimiento sería un duro golpe para ellos.
En Gamla Stan se va a crear ahora una "zona urbana de bajas emisiones" en lugar de la estricta zona 3 de bajas emisiones. Se trata de un nuevo concepto que muchos acogen con alegría. En lugar de prohibiciones de circulación aún más estrictas, desaparecerán cientos de plazas de aparcamiento en el casco antiguo, que se sustituirán por plazas de alojamiento y zonas verdes. El centro de atención serán los peatones y ciclistas, el encuentro humano y la vida urbana. En muchas calles se reducirá el límite de velocidad.
Se trata de un concepto que, en cualquier caso, tiene más sentido para Gamla Stan que la mera prohibición de los coches de combustión. A través de la zona medioambiental urbana, se puede centrar la atención en un paisaje urbano holístico y desacelerado, que haga justicia al centro histórico de la ciudad.
A pesar del éxito, sigue existiendo cierta incertidumbre para los detractores de la Zona 3 de Bajas Emisiones. De momento, la decisión sólo se ha tomado para el distrito de Gamla Stan. No está claro qué ocurrirá con otras partes del centro de Estocolmo. Sigue siendo apasionante ver qué soluciones encontrará la ciudad de Estocolmo para dominar el equilibrio entre la protección del clima y la salud de los ciudadanos, así como las necesidades de residentes, empresarios y turistas.