Las empresas no utilizan con suficiente frecuencia el modo de conducción eléctrico, más respetuoso con el medio ambiente, en los coches de empresa. Ahora, T&E pide al Gobierno que equipare los coches de empresa enchufables a los de combustión en lo que se refiere a ventajas fiscales.
Hace un mes, el Gobierno alemán anunció que los incentivos a la compra de híbridos enchufables se suprimirán este año. Sin embargo, esto no significa el fin de los incentivos para los vehículos híbridos. Seguirán existiendo ventajas fiscales para los coches de empresa con sistemas de propulsión híbridos enchufables. Y ello a pesar de que hay muchos argumentos a favor de suprimir el privilegio del coche de empresa para los coches que no sean puramente eléctricos.
Incluso en el acuerdo de coalición, el Gobierno declaró que los coches de empresa enchufables deberían tributar en el futuro del mismo modo que los motores de combustión. Estos vehículos sólo podrán seguir beneficiándose de ventajas fiscales si se demuestra que la proporción de conducción eléctrica es de al menos el 50%. Hasta ahora, sin embargo, estas promesas no se han cumplido, lo que suscita dudas en los sectores del medio ambiente y el transporte. Sobre todo, se cuestionan las consecuencias desde el punto de vista financiero y medioambiental.
Si el Estado sigue permitiendo que los coches de empresa enchufables tributen a un tipo inferior, esta decisión costará dinero a Hacienda. Según los cálculos de la organización ecologista Transport & Environment Deutschland (T&E), los costes de sufragar la medida ascenderán a unos 1.200 millones de euros en los próximos dos años.
Estos costes no sólo son demasiado elevados, sino que lo ideal sería invertirlos de otras formas para apoyar no sólo a la industria automovilística, sino también al medio ambiente. Por ejemplo, podrían utilizarse como parte de la prima de compra de coches eléctricos puros en 2023 y 2024. Según el análisis de T&E Alemania, más de un tercio de las subvenciones destinadas a este fin podrían cubrirse cancelando esta subvención indirecta para los llamados "falsos coches eléctricos".
Pero, sobre todo, el fin de las exenciones fiscales para los coches de empresa híbridos supondría un menor número de vehículos enchufables en la carretera, lo que podría contribuir de forma significativa a la lucha por la descarbonización del transporte. En el pasado se ha asumido erróneamente que los coches con este tipo de propulsión circulan en modo eléctrico con mucha más frecuencia de lo que realmente es el caso. Se subestimaron sus niveles de emisiones y, por consiguiente, sus efectos nocivos para el medio ambiente.
Es "absurdo que reciban ventajas fiscales a pesar de que han demostrado ser coches de lujo ineficientes que apenas se conducen en modo eléctrico", afirma el director de T&E del sector alemán, Stef Cornelis. Por ejemplo, un Mercedes GLC, actualmente uno de los híbridos enchufables más populares, consume alrededor de cuatro veces más combustible del declarado oficialmente cuando se conduce como coche de empresa. A ojos de T&E, apoyar su compra mediante beneficios fiscales del Gobierno es "un error político que deberíamos corregir de una vez".
Precisamente por eso, la organización paraguas pide al Gobierno alemán que cumpla de una vez las promesas hechas en el acuerdo de coalición y siga apoyando económicamente sólo a los vehículos puramente eléctricos y otras formas de movilidad alternativa. "Si el Gobierno busca medidas para reducir las emisiones del transporte y financiar la transición a la conducción", afirma T&E, "una reforma de la fiscalidad de los vehículos de empresa para los híbridos enchufables sería el primer paso lógico".
Sin embargo, si los híbridos se conducen con el motor eléctrico encendido, pueden seguir desempeñando un papel positivo y disfrutar ellos mismos de otras ventajas. Por ejemplo, en las zonas de prohibición de circulación de vehículos ecológicos y diésel, o cuando exhiben una placa de permiso electrónico o un distintivo electrónico, reciben privilegios junto a otros vehículos limpios, como el uso de carriles ecológicos. Al fin y al cabo, se les considera un tipo de conducción más respetuoso con el medio ambiente si los que están al volante toman decisiones respetuosas con el medio ambiente y los conducen más a menudo en modo eléctrico.