El año pasado, Francia quiso ponerse las pilas. El Estado obligó a todas las grandes ciudades con altos niveles de contaminación atmosférica a crear una zona permanente de bajas emisiones, abreviada ZFE en francés. No todas las ciudades cumplen sus planes. Hay varias ciudades que siguen aplazando la introducción.
A principios de año se introdujeron varios cambios en Francia. Por ejemplo, se ampliaron considerablemente las zonas medioambientales de Estrasburgo y Ruán. Desde el 1 de enero de 2022, los conductores de Reims también tienen que pagar multas por entrar en la zona de bajas emisiones sin autorización.
En París y Estrasburgo, en cambio, los conductores siguen teniendo un periodo de gracia de un año antes de que se les pida que paguen. La razón, al menos en la capital, es la falta de lectores automáticos, cuya instalación no está prevista hasta finales de este año. Además, la pegatina francesa 3 no se prohibirá allí a lo largo de 2022, sino sólo el año que viene.
Se suponía que Lille iba a tener una zona permanente de bajas emisiones hace mucho tiempo, pero su implantación aún está muy lejos. El trasfondo de esta situación es que los planes originales para la zona de Lille deben revisarse debido a las nuevas leyes nacionales, pero esto aún no ha sucedido.
Lo mismo ocurre en Toulouse, donde la zona permanente de bajas emisiones ya estaba prevista desde el año pasado. Sin embargo, aunque ya se han colocado las señales correspondientes en la ciudad, esta zona de bajas emisiones aún no tiene fecha fija de introducción.
Sin embargo, desde finales de enero hay una nueva zona de bajas emisiones en Saint-Etienne. Ya existía allí una zona temporal de bajas emisiones (ZPA), que puede ser activada por el prefecto durante los picos de contaminación. Pero ahora también hay una zona permanente en la ciudad al oeste de Lyon. Las furgonetas y camiones que se utilicen exclusivamente con fines comerciales y no lleven una pegatina francesa en el parabrisas ya no pueden circular por aquí. En cambio, las motos y los vehículos de particulares pueden circular libremente.
En Niza también hay una zona permanente de bajas emisiones: desde finales de enero, los autobuses y camiones de más de 3,5 toneladas no pueden circular por allí. Esto afecta al centro de la ciudad y a los bulevares de la costa: Promenade des Anglais, Quai des Etats-Unis y Quai Rauba Capeu. Están prohibidos los vehículos sin pegatina y con pegatina de 5 toneladas.
En Montpellier, al sur del país, la fase 1 de una zona permanente de bajas emisiones entrará en vigor el 1 de julio de 2022. Montpellier es uno de los municipios más sucios de Francia. Diez municipios de los alrededores de Montpellier participan en esta primera fase. Al cabo de cinco años, se unirán los 21 municipios restantes que forman la aglomeración de Montpellier. Este año se prohibirá circular a todos los camiones, furgonetas y motocicletas sin pegatina francesa o con pegatina 5, mientras que los coches podrán circular con pegatina 5 durante un año más. La normativa se endurecerá cada año y se prohibirá una pegatina más. El 1 de enero de 2028, sólo se permitirá la pegatina 1 y la de motores sin emisiones, es decir, eléctricos y de hidrógeno.
Marsella también es una de las ciudades que tendrá que introducir una zona permanente de bajas emisiones debido a la persistente contaminación. Pero por ahora hay desacuerdo sobre la extensión de la zona. Por ello se consultará a la población hasta el 24 de marzo. Los resultados se incorporarán entonces al diseño de la zona de bajas emisiones.
París y Burdeos: el próximo domingo 6 de febrero de 2022 habrá otra zona sin coches en ambas ciudades. En Burdeos, afectará al centro de la ciudad, que se cerrará al tráfico motorizado hasta las 19h en primavera y verano. En París, la prohibición de circular se aplicará a todo el centro de la ciudad dentro de la circunvalación de 10h a 19h. En los cuatro primeros distritos, se aplica un límite de velocidad de 20 km/h, en caso contrario de 30 km/h para los vehículos autorizados a entrar: taxis, autobuses, servicios de ambulancias.