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Fracaso eléctrico: los autobuses de Oslo se averían con el frío

Green-Zones News

100 millones de euros en la arena... o en la nieve. Este es el triste resultado de la primera llegada del invierno a Oslo. Después de que la ciudad invirtiera esta enorme suma en nuevos autobuses eléctricos en primavera, ahora simplemente se han estropeado con el frío. En lugar de un transporte local sin emisiones, la ciudad ha tirado mucho dinero por el desagüe. Queda por ver qué hará ahora el fabricante Solaris para evitar la debacle.

Es un escándalo sin parangón. La ciudad de Oslo se ha gastado 100 millones de euros en nuevos y lujosos autobuses eléctricos para que el transporte local sea libre de emisiones. El problema es que los autobuses se han estropeado con la llegada del invierno. Han caído los primeros copos de nieve y los autobuses de lujo ya están fuera de servicio. Se podría pensar que los habitantes del extremo norte están preparados para algo así. Por desgracia, no. 

Solaris ha entregado 183 de sus nuevos e inteligentes autobuses eléctricos a la ciudad de Oslo. Llevaban utilizándose en las rutas más transitadas de la ciudad desde abril de 2023 y, efectivamente, habían conseguido que el transporte público local no produjera emisiones. Un gran trabajo hasta el invierno. Pero nadie parecía haber tenido en cuenta que a veces hace frío en Noruega, mucho frío, de hecho. 

Ahora los autobuses lucen un nuevo e inteligente diseño, pero no pueden circular. Y es que las baterías fallan con el frío helador, la autonomía se reduce drásticamente y los autobuses se vacían más rápido de lo que se puede decir "cero emisiones". De hecho, hubo que cancelar unas 140 salidas. En realidad, los autobuses deberían tener una autonomía de 250 kilómetros. 

Es para echarse a temblar. Se invierte mucho dinero en una idea estupenda y respetuosa con el medio ambiente, y luego la tecnología fracasa a la primera de cambio. Se supone que la electromovilidad es el futuro, pero si el futuro no puede adaptarse al clima local, entonces tenemos un problema. En cualquier caso, la tecnología no parece estar aún realmente madura. 

Sólo podemos esperar que Solaris encuentre rápidamente una solución, de lo contrario los caros autobuses eléctricos estarán parados inútilmente todo el invierno. ¿Y los ciudadanos de Oslo? Para bien o para mal, tendrán que recurrir a los viejos y fiables autobuses diésel. 

Así es como la movilidad eléctrica se convierte en un hazmerreír.