La capital sueca planea el siguiente paso para reducir las emisiones en las carreteras y confirma la introducción gradual de una zona medioambiental de clase 3 en el centro de Estocolmo a partir de 2024. Para el sector de los autobuses, sin embargo, la implantación podría no ser tan fácil.
El año que viene, Estocolmo tiene previsto introducir una zona de bajas emisiones de clase 3 en el casco antiguo y otras partes del centro de la ciudad. Sólo los vehículos eléctricos y de pila de combustible, así como los híbridos enchufables y los coches de gasolina que cumplan los requisitos de emisiones Euro 6, podrán circular por la zona de bajas emisiones. Para ello, las autoridades procederán de forma gradual y no completarán la introducción hasta 2026.
Sin embargo, este endurecimiento, que supuestamente beneficiará a la calidad del aire y al medio ambiente, podría tener graves consecuencias para el sector del transporte y la economía de la ciudad en general. En efecto, los planes de la ciudad sueca podrían suponer la prohibición total de los autobuses turísticos en los principales destinos turísticos de Estocolmo. Independientemente de que se trate de autobuses públicos, regulares o turísticos, la normativa se aplicará a todo el transporte en autobús y, en principio, sólo permitirá autobuses propulsados por electricidad o hidrógeno. Los autobuses de gas y los híbridos enchufables con Euronorma 6 podrán circular por Estocolmo, al menos en la primera fase tras la entrada en vigor de la normativa.
Sin embargo, la ciudad, y sobre todo las empresas de autobuses, aún están lejos de estar preparadas para la normativa medioambiental más estricta y la necesaria transición a formas de propulsión más limpias. Ninguno de los vehículos actualmente en uso o a punto de comprarse cumpliría los requisitos de la Zona 3 de Bajas Emisiones para el transporte de turistas y contratados - explica la Asociación Sueca de Autobuses. Sólo el 6,5% de los aproximadamente 200.000 viajes que se realizan anualmente en la zona podrían seguir en servicio tras la introducción de las zonas medioambientales de clase 3. Por lo tanto, hasta que la flota cumpla la normativa, la continuación del plan de Estocolmo supondría un duro golpe para la industria, tanto para el sector turístico como para Estocolmo como destino turístico en general.
Al mismo tiempo -advierte la Asociación Sueca de Autobuses en una carta dirigida a la Autoridad de Transportes de Estocolmo-, es de esperar que aumente el tráfico de automóviles privados debido al endurecimiento de las prohibiciones, que también afectará a los autobuses. Si los autobuses ya no pueden llegar a los destinos turísticos, perderán mucho atractivo. Esto provocaría un cambio en el comportamiento de movilidad de los ciudadanos, que optarían cada vez más por viajar en sus propios coches. Una medida, el endurecimiento de la zona medioambiental, que supuestamente reducirá el tráfico y la contaminación que provoca, pero que a la larga podría provocar un aumento del tráfico de automóviles en las carreteras. Al menos ésa es la predicción de los expertos del sector hasta que éste consiga cambiar a los vehículos más ecológicos deseados por la nueva zona.
¿Dará Estocolmo marcha atrás? ¿O seguirá adelante la ciudad con el plan, segura de que los beneficios medioambientales no pasarán desapercibidos una vez que las nuevas zonas de bajas emisiones estén plenamente implantadas?
Tampoco hay que olvidar todas las zonas de bajas emisiones ya activas en Suecia, así como en el resto de Europa. Como siempre, toda la información está disponible en nuestro sitio web y en la aplicación Green Zones.