Con el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y la sensacional sentencia contra los dispositivos de desactivación ya archivada, sigue sin vislumbrarse el final del escándalo del diésel. ¿Seguirán las prohibiciones de circulación para todos los diésel sin AdBlue? Mientras tanto, el DUH pide que se retiren los vehículos afectados.
En el marco del escándalo de las emisiones -que no ha dejado de sacudir a la industria automovilística desde que estalló en 2015-, Deutsche Umwelthilfe (DUH) interpuso un recurso ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). El TJUE ha tomado ahora una decisión que aporta claridad sobre los sistemas de propulsión afectados y, al mismo tiempo, refuerza los derechos de los consumidores. Ayer, el Tribunal de Justicia de la UE subrayó en una sentencia (asunto número C-873/19) que las ventanas térmicas de la unidad de control del motor de los coches diésel son ilegales.
El uso de estos dispositivos de desconexión, que "reducen la eficacia del sistema de control de emisiones" y la depuración de los gases de escape a temperaturas completamente normales, es y sigue siendo "inadmisible", según el tribunal. Según el TJCE, las autoridades nacionales sólo pueden autorizar excepciones a la normativa sobre emisiones si pueden justificarse por la protección del conductor y del motor. Los jueces insisten en que las lunas térmicas sólo están permitidas si no hay alternativa técnica. Y "no para encubrir los valores de emisiones en condiciones de ensayo oficiales". Por tanto, el máximo tribunal de la Unión Europea no sólo examina el motor EA189 de Volkswagen, sino también sus sucesores en sus aplicaciones en las plantas de muchos otros fabricantes. Por lo tanto, esto también es una mala noticia fuera del ámbito del fabricante de automóviles de Wolfsburg, ya que los vehículos del grupo Mercedes-Benz o del grupo automovilístico Stellantis, por ejemplo, ahora también se ven afectados por la sentencia del TJCE.
Sólo la urea AdBlue es capaz de reducir adecuadamente las emisiones y se considera un componente fundamental para el cumplimiento de los valores límite - y la correspondiente autorización de los vehículos diésel. Según la sentencia, todos los motores diésel sin inyección de AdBlue son potencialmente ilegales. Sin embargo, los fabricantes siguen creyendo en la permisibilidad del sistema de desconexión. En particular, el Grupo Volkswagen, que es parte en el procedimiento, mantiene la necesidad de utilizar las ventanas térmicas, ya que "protegen contra riesgos graves y directos para el motor en forma de daños o accidentes". Que este uso pueda empeorar la situación atmosférica y medioambiental, así como la huella del tráfico rodado, es el temor del tribunal. ¿Conducirá esta asimetría entre la industria automovilística y la Unión Europea a la introducción de prohibiciones de circulación para casi todos los vehículos diésel?
Hasta entonces, sin embargo, se reclaman otras medidas. La Deutsche Umwelthilfe, a la que la Autoridad Federal de Transporte Motorizado (KBA) ha concedido el derecho a emprender acciones legales contra las homologaciones de tipo a raíz de la sentencia del TJCE, ya está pidiendo que se retiren los llamados motores escandalosos. Según las estimaciones de DUH, estos vehículos deberán ser reequipados por los fabricantes debido a la falta de fiabilidad del control de emisiones o retirados del servicio previa indemnización de los clientes. Así, cinco millones de coches diésel se retirarían de las carreteras si el ministro federal de Transportes, Volker Wissing (FDP), atendiera la petición del director gerente del DUH, Jürgen Resch. Una reducción del número de vehículos que quizá no baste para reducir significativamente las emisiones contaminantes relacionadas con el tráfico, pero que podría mitigar las consecuencias del escándalo del diésel. Hasta entonces, cinco millones de vehículos diésel circulan de por sí ilegalmente por las zonas medioambientales y siguen contaminando el aire, a veces sin que los conductores lo sepan.