A veces se trata de coches pequeños, a veces de camiones enormes. Pero siempre se trata de motores de combustión y técnicas para disimular sus emisiones nocivas. Las investigaciones sobre el Dieselgate continúan y Deutsche Umwelthilfe añade ahora otra pieza al rompecabezas.
No es la primera vez que Deutsche Umwelthilfe (DUH) critica explícitamente a las empresas automovilísticas poco transparentes y a las autoridades de control negligentes. Desde que estalló el escándalo del diésel en 2015, se han ido conociendo cada vez más detalles sobre qué vehículos y tipos de motor estaban -o siguen estando- afectados. Desde turismos, autobuses y camiones hasta autocaravanas. Demasiados de los modelos con motor de combustión que llamaron la atención de la opinión pública -pero sobre todo de la organización ecologista- a raíz del escándalo de las emisiones. Esto se debe a que a menudo es el DUH el que realiza los estudios de emisiones, pone en marcha las investigaciones y promueve las llamadas a revisión.
Ahora, DUH ha decidido emprender de nuevo acciones legales contra la Autoridad Federal de Transporte por Automóvil (KBA). Como autoridad competente de vigilancia del mercado responsable de supervisar el sector tras la entrada en vigor de un nuevo reglamento de la UE en septiembre de 2020, la KBA ha hecho dejación de sus funciones. Tanto hacia los consumidores como -en vista del fuerte impacto sobre la protección del clima- hacia el medio ambiente. La asociación acusa a la autoridad de "no tomar medidas contra los dispositivos de desactivación no autorizados y el aumento masivo de las emisiones de óxido de nitrógeno en los vehículos del grupo automovilístico Stellantis", según el informe.
En concreto, se trata de dos modelos de autocaravana Fiat de la serie Ducato. Según el DUH, la propia organización ecologista examinó los dos vehículos y constató "emisiones de óxido de nitrógeno extremadamente elevadas". Un hallazgo que, según DUH, fue remitido a la Autoridad Federal de Transporte por Automóvil. Ésta habría confirmado el análisis de la autoridad medioambiental y anunciado nuevas inspecciones. Sin embargo, estas inspecciones nunca tuvieron lugar, lo que dio lugar a la actual denuncia de inactividad.
Sin embargo, la autoridad federal sigue negando su implicación directa en un posible descuido activo de los controles de los dispositivos de desactivación. Como organismo responsable de vigilar el mercado automovilístico, "investiga continuamente vehículos de distintos fabricantes". Aunque la KBA tenía conocimiento de las irregularidades en las dos autocaravanas de combustión, no era responsable de tomar medidas adicionales según las directrices vigentes en aquel momento. En cambio, habría sido obligación de las autoridades locales -es decir, las autoridades de homologación en Italia- tomar medidas contra Fiat tras recibir los resultados de la investigación.
Una serie de ambigüedades y malentendidos, intencionados o no, que exigen una vez más a la Unión Europea que intensifique los esfuerzos de homogeneización no sólo en la aplicación de la nueva normativa comunitaria, sino también en la fase de control y verificación. En vista de la nueva norma de emisiones Euro 7 y de muchas otras medidas de transporte, también es importante poder garantizar el cumplimiento de los nuevos límites de emisiones. De lo contrario, existe el riesgo de que se produzca un nuevo escándalo incluso antes de que se desvele de una vez por todas la verdad sobre el Dieselgate.