Se suponía que iba a ser una revolución en la industria del automóvil, un punto de inflexión para el medio ambiente y un triunfo para todos los conductores: el neumático sin aire. Pero ahora el sueño del neumático se ha hecho añicos. Un amargo revés, no sólo para el fabricante Michelin, sino también para el medio ambiente y para nosotros, los automovilistas.
Los neumáticos de los coches, tal como los conocemos, son un desastre ecológico. Están hechos de caucho, un material que no sólo deja pasar el aire, sino que también produce altos niveles de partículas. Cada kilómetro que conducimos desprende caucho, que se libera al medio ambiente y empeora la calidad del aire. Se esperaba que los neumáticos sin aire resolvieran este problema. Pero esta esperanza se ha desvanecido brutalmente.
Michelin ha anunciado que el neumático sin aire, también conocido como Uptis, no saldrá al mercado a finales de 2023, como estaba previsto. Las pruebas realizadas en Singapur han demostrado que el neumático aún no está listo para su producción en serie. Un amargo revés, ya que el Uptis no sólo debía resolver el problema de la pérdida de aire, sino también durar más y, por tanto, utilizar menos material. Según Michelin, la tecnología sin aire Uptis podría ahorrar hasta 200 millones de neumáticos al año o dos millones de toneladas de material. Esto equivale al peso de 200 torres Eiffel.
Pero no es más que una quimera. En un futuro previsible, nuestros neumáticos seguirán teniendo que cambiarse cada vez que haya un pinchazo y seguirán produciendo partículas, empeorando la calidad del aire y contaminando el medio ambiente.
La decepción es grande, tanto entre los automovilistas como entre los ecologistas. Porque ahora no sólo se ha roto el sueño de los neumáticos, sino también la incertidumbre de cuánto tiempo tendremos que esperar para tener neumáticos nuevos. Probablemente, Michelin ya ha anunciado que el sueño de los neumáticos sin aire tampoco se hará realidad en 2024.
Necesitamos urgentemente una alternativa a los neumáticos convencionales. Al fin y al cabo, los coches cada vez más pesados, como los SUV y los eléctricos, consumen cada vez más material de los neumáticos debido a su peso y producen cada vez más partículas. Si los coches no vuelven a ser más ligeros en el futuro, necesitaremos alternativas para reducir la contaminación atmosférica.
Por tanto, esperamos buenas noticias de Michelin y compañía, pero probablemente necesitaremos mucha paciencia. Durante los próximos años, tendremos que seguir cambiando neumáticos pinchados y midiendo los altos niveles de contaminación atmosférica en carreteras muy transitadas.