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El gas natural contamina más que los coches

Green-Zones News

Cuando se extrae y procesa el gas natural, se quema una gran cantidad del gas que escapa. Esto libera más CO2 en el aire que las emisiones de C02 producidas por todos los coches de la UE.

Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), alrededor del 8% del gas se escapa sin quemar a la atmósfera durante su producción. Anteriormente, la agencia había supuesto sólo un cuatro por ciento. El gas natural es un gas combustible que contiene principalmente metano (CH4). Pero también contiene otros gases como dióxido de carbono, nitrógeno, eteno, etano, butano, propano y gases nobles. Cada uno de estos gases es perjudicial para el medio ambiente de distintas maneras. Para poder comparar su nocividad, se utiliza como valor de referencia la nocividad del CO2. 

Según los cálculos actuales de la AIE, la cantidad de CO2 (u otros gases con una nocividad equivalente) liberada al aire con el gas no quemado que se escapa durante la extracción equivale a la cantidad producida por todos los coches de la UE en un año. Además, la AIE ha calculado que podría ahorrarse en total el equivalente a 465 millones de toneladas de CO2 si la quema de gas durante la extracción se redujera al mínimo en todo el mundo. De este modo podría evitarse el 75% de las emisiones contaminantes, pero ello requeriría una inversión anual de 11.000 millones de euros. Parece mucho, pero es menos que el valor que se podría ganar no desperdiciando gas. Otra fuente de derroche de energía y contaminación son las numerosas fugas y puntos de fuga de los gasoductos. Por tanto, encontrar, localizar y sellar las fugas en las tuberías de la industria petrolera podría reducir considerablemente las emisiones. Basta con revisar y reparar las tuberías cada tres meses para reducir las emisiones de metano en 14 millones de toneladas (equivalentes a 430 toneladas de CO2).

Otra forma de combatir los residuos sería poner un precio elevado al metano. De hecho, la forma más eficaz de evitar la quema inútil sería aumentar masivamente el precio de la tonelada de metano para animar a las empresas a ahorrar más y no dejar que se queme.

La verdad es que resulta un poco extraño que, cuando uno sufre restricciones masivas como automovilista, posiblemente tenga que comprarse un coche nuevo para poder circular por una zona medioambiental. Y por otro lado, no se hace ningún esfuerzo por parte de la industria productora de gas para contrarrestar el despilfarro de gas y reducir la contaminación atmosférica. Mientras esto no cambie, los automovilistas seguirán contribuyendo en gran medida a la limpieza del aire a través de las zonas de bajas emisiones de Europa.