Estados Unidos ha decidido introducir una nueva subvención para los vehículos eléctricos. Sin embargo, actualmente sólo el 30% de los vehículos eléctricos cumplen los requisitos para beneficiarse de la subvención.
Tras largas negociaciones para alcanzar un compromiso en el Senado, el Capitolio ha llegado por fin a un acuerdo sobre el paquete de medidas de estímulo económico y lucha contra el cambio climático. El nuevo borrador del paquete legislativo, apoyado por el Presidente estadounidense Joe Biden, se anunció a finales de julio. A diferencia de la primera propuesta, no incluye ninguna prima de producción para las fábricas sindicadas. En su lugar, la medida se centraría en el crecimiento del mercado automovilístico estadounidense de vehículos eléctricos mediante ayudas financieras, y al mismo tiempo fomentaría la producción nacional de baterías para vehículos eléctricos.
Sin embargo, las condiciones que deben cumplir los clientes para beneficiarse del crédito fiscal previsto de 7500 dólares son más estrictas. No está previsto que se aplique a todos los coches eléctricos, sino sólo a los vehículos con un porcentaje mínimo del 40% de componentes de baterías producidos en Norteamérica. Este porcentaje mínimo aumentará aún más y afectará al 50% de los componentes a partir de 2024.
De este modo, los responsables políticos estadounidenses no sólo quieren poner más coches eléctricos en la carretera, sino sobre todo situar al país como líder del mercado de producción de baterías para automóviles. Para ello, los fabricantes de coches eléctricos tendrán que cumplir en el futuro requisitos sobre el origen de los materiales de las baterías. El objetivo es garantizar que toda la cadena de suministro de materias primas y materiales para baterías proceda de EE.UU. y de socios comerciales cercanos. Lo que parece sencillo, sin embargo, sólo podría resultar factible tras años de creación de capacidad industrial en el sector de las baterías. Esto se debe a que la industria estadounidense de baterías está actualmente demasiado poco desarrollada. Sólo el 0,16% de la producción mundial de cátodos y el 0,27% de la de ánodos se fabrican en Estados Unidos.
Además, lo más probable es que los clientes no noten los efectos del paquete de medidas hasta pasado un tiempo, ya que, según los fabricantes, el 70% de todos los vehículos eléctricos no cumplen actualmente los requisitos para beneficiarse de las subvenciones. Y no sólo por el requisito de origen de los materiales utilizados en la producción de baterías, sino también por los límites de precio, según los cuales algunos modelos serían demasiado caros para las subvenciones estatales. Incluso para los grandes nombres del mercado del coche eléctrico, como Tesla, podría ser difícil obtener subvenciones para sus propios modelos. El problema en este caso es que los costes de compra son demasiado elevados para los clientes potenciales, al igual que el uso de piezas de baterías importadas de China.
Si el paquete climático es firmado oficialmente por el Congreso y la Presidencia en las próximas semanas, como se espera, sólo unos 11.000 coches eléctricos recibirán inicialmente una subvención. Sólo con el tiempo y continuos ajustes en la industria estadounidense de baterías -y en la cadena nacional de fabricación de vehículos eléctricos- será posible evaluar la eficacia y rentabilidad del plan del Gobierno. ¿Se contagiará este principio del programa de subvenciones a otros países?