Junto con socios del proyecto, el fabricante de automóviles deportivos ha puesto en marcha una planta piloto para la producción de combustibles sintéticos. De este modo, Porsche quiere sumarse a la revolución del transporte y hacer posible un uso respetuoso con el clima de los coches de combustión.
Alrededor de 270 días al año, el viento sopla con toda su fuerza en el extremo sur de Chile: el lugar perfecto para que las turbinas eólicas produzcan energía verde. Precisamente por este motivo, Porsche ha puesto en marcha una planta piloto para la producción de e-combustibles en Punta Arenas. Junto con socios internacionales del proyecto, entre ellos la empresa chilena Highly Innovative Fuels (HIF), el fabricante de automóviles de Stuttgart pretende invertir en la investigación y la producción a gran escala de este versátil combustible. Y es que se distingue de los combustibles fósiles tradicionales por su buen potencial medioambiental.
En la fase piloto se producirán unos 130.000 litros al año. Se espera que este volumen de producción aumente a unos 55 millones de litros anuales a mediados de la década. Para lograrlo, sin embargo, HIF y Porsche deben aumentar considerablemente la capacidad de su planta y obtener suficiente energía de las turbinas eólicas para cubrir la enorme demanda de electricidad. Sin la garantía de que el proceso de producción funcionará con electricidad limpia, se perderá el valor ecológico de estos combustibles.
Un resultado potencialmente indeseable. Aunque los coches eléctricos, con un potencial de ahorro de CO2 del 87%, sigan funcionando mejor que los e-combustibles. A diferencia de la electromovilidad pura, que suele requerir conversiones en caso de remodelación de los motores de combustión, los e-combustibles tienen la clara ventaja de ser fáciles de usar. Según el Instituto de Tecnología de Karlsruhe (KIT), los combustibles sintéticos son "totalmente aptos para el uso cotidiano hoy en día". Sobre todo cuando las pruebas y los proyectos piloto demuestran una y otra vez que "funcionan tanto para coches nuevos y antiguos como para vehículos comerciales y locomotoras".
En consecuencia, los e-combustibles se están convirtiendo cada vez más en la alternativa más ecológica a los motores diésel y de gasolina, que seguirán circulando por las carreteras hoy en día e incluso después del fin del motor de combustión en la próxima década. Según la propia Porsche, hasta la fecha ha invertido más de 100 millones de dólares en el desarrollo y suministro de e-combustibles, incluida la inversión de 75 millones de dólares en HIF para la investigación y producción de sus propios e-combustibles.
La tendencia emergente en la industria parece ser que el papel de este tipo de combustibles -tanto para Porsche como para muchos otros fabricantes de automóviles- seguirá aumentando con el fin de que los todavía numerosos motores de combustión sean más respetuosos con el medio ambiente. Igualmente probables son las continuas inversiones de diversos grupos para sacar al mercado nuevos vehículos eléctricos o de hidrógeno. La normativa vigente, empezando por las normas de emisiones, deberá adaptarse definitivamente a los principales protagonistas de la transición del transporte.