Las zonas medioambientales y las prohibiciones de circulación existen principalmente para mantener lo más baja posible la contaminación atmosférica, es decir, los contaminantes presentes en el aire. Pero, ¿qué son exactamente esos contaminantes y por qué son tan peligrosos?
20 millones de bicicletas para un aire limpio. Esta idea está madurando en China. Una empresa de alquiler de bicicletas proporciona bicicletas que filtran el aire ambiente durante su uso. La idea es hacer por fin algo con el aire viciado de Pekín y otras supermetrópolis.
A partir de 2035, el estado norteamericano de California quiere prohibir la matriculación de nuevos vehículos de combustión interna. A diferencia de los países europeos, donde también se ha fijado una fecha para la retirada progresiva en muchos lugares, también se verán afectadas, entre otros, las motocicletas.
En muchas grandes ciudades de Asia, la contaminación atmosférica es dramática. La alta densidad de población y el gran número de vehículos viejos contribuyen a ello. Algunas prohibiciones de circulación existentes y la nueva zona de bajas emisiones de Singapur podrían impulsar un replanteamiento.
A partir de 2028, las motos viejas no podrán circular por Singapur. Como incentivo para reducir el número de viejos vehículos de dos ruedas, el gobierno ya está pagando una prima a todos los ciudadanos que quieran dar de baja sus motos. La nueva zona de bajas emisiones también pretende reducir la contaminación atmosférica de la ciudad.
Una zona medioambiental es un área en la que sólo están permitidos determinados vehículos. Si su vehículo no cumple las condiciones de la zona, no se le permite la entrada. Las zonas de bajas emisiones están diseñadas principalmente para regular los gases de escape emitidos por los coches y mejorar así la calidad del aire. Por lo tanto, las normas de una zona medioambiental suelen estar relacionadas con las emisiones de los vehículos.
Bill Gates se ha pronunciado a favor de los combustibles alternativos, que Porsche, entre otros, también está investigando. Especialmente para vehículos grandes y otros medios de transporte como barcos y aviones, el camino de las baterías es erróneo, dijo.
El futuro pertenece al tren. Tiene el mejor balance de CO2. Pero el avión ya no es tan contaminante como pensábamos. De hecho, el coche ocupa el último lugar.
Los vehículos de hidrógeno son populares en California. Sin embargo, esto provoca tiempos de espera de unos 45 minutos en las estaciones de servicio. Al igual que ocurre con los coches eléctricos en Europa, las infraestructuras no están a la altura y frenan la revolución de la movilidad.
Los próximos años son muy importantes para el clima mundial. Para cumplir el Acuerdo de París sobre el clima, debemos actuar con rapidez. Las zonas de emisiones cero son una medida para mejorar el aire de nuestras ciudades. Pero el coche eléctrico difícilmente puede mejorar nuestro balance de CO₂.
