El estado de EE.UU. pronto estará tras la pista de los infractores del ruido. Inicialmente, seis ciudades participarán en el proyecto piloto.
Conocida por su estricta normativa sobre emisiones, California está considerada pionera en la protección del clima en comparación con otros estados de Estados Unidos. Ahora, California no sólo declarará la guerra a los gases de escape, sino también al ruido. En un esfuerzo por reducir la contaminación acústica, el Estado Dorado planea introducir controles del ruido de escape basados en cámaras. Para ello se ha aprobado recientemente un programa piloto de cinco años en el que participarán seis ciudades no especificadas de California. Está previsto que comience el 1 de enero, tras ser firmado por el Gobernador californiano Gavin Newsom.
El proyecto es posible gracias a una nueva tecnología, una especie de "intermitente de ruido" especial. Según el proyecto de ley, se trata de un sistema de sensores que reacciona al sonido. Si un vehículo supera el nivel de ruido permitido, los sensores activan una cámara, que entonces toma una "foto nítida" de la matrícula. Los valores límite seguirán siendo los mismos que en la normativa ya vigente. Son 95 decibelios para los tubos de escape de los coches y 80 decibelios para las motos fabricadas después de 1985. Sin embargo, aún no está claro cómo diferenciarán las cámaras entre coches y motos.
Sin embargo, los conductores californianos de coches y motos no deben temer sorpresas repentinas. Unas señales claras informarán a los usuarios de la carretera de que están entrando en una "zona de medición" correspondiente. Además, no se cobrarán las "infracciones de ruido" por primera vez; sólo se impondrán multas por reincidencia. Los ingresos resultantes se destinarán inicialmente a financiar el proyecto, pero también podrán utilizarse para aplicar "medidas de pacificación del tráfico".
Si todo va según lo previsto, los vecinos podrán por fin volver a respirar hondo gracias al proyecto. Cada vez les molestaban más los rebotadores de coches y motos, y tenían que soportar la mala calidad del aire provocada por los gases de escape. Ahora, los nuevos "radares acústicos" pretenden avanzar en la protección del medio ambiente. Menos ruido debería significar menos gases de escape y, por tanto, menos contaminación atmosférica. Al menos en las zonas afectadas por el proyecto piloto.
Sin embargo, el Estado Dorado no es el único que se plantea este tipo de ideas. La primera zona de protección acústica de Europa se creó en Außerfern (Austria) en 2020. Sin embargo, allí el requisito solo se aplica a las motos con un nivel de ruido estacionario superior a 95db. Un sistema de radar sonoro similar al previsto en California ya se está probando en Francia dentro del proyecto Medusa. Alemania y Berlín también están estudiando la posible creación de zonas de protección contra el ruido. En este caso, no mediante el uso de radares, sino como efecto secundario de la introducción de un límite de velocidad de 30 km/h en el centro de la ciudad. Sin embargo, queda por ver si otras ciudades seguirán el ejemplo de California.