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Cada vez más coches clásicos contaminan las zonas medioambientales alemanas

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El número de coches clásicos aumenta en Alemania. A los viejos coches de combustión se les permite seguir circulando por zonas medioambientales y, de paso, se les critica.

La edad media de los coches matriculados en Alemania lleva años aumentando. Mientras que en 2012 la edad media de los coches alemanes era de 8,5 años, ahora ha alcanzado los dos dígitos, llegando a los 10,1 años en 2022. Con casi 20 años, los scooters, ciclomotores y motocicletas que se utilizan a diario en las ciudades alemanas son aún más viejos. En consecuencia, esto significa que el número de coches clásicos etiquetados con una "H" (de histórico) en Alemania está creciendo. Aunque no todos están matriculados con una matrícula histórica, en 2022 circularán unos 648.400 coches clásicos. Esto supone un aumento del 10,9% respecto al año anterior. Dado que al mismo tiempo también se matriculan coches nuevos, la proporción con respecto a la población total se mantiene constante. Así lo ha anunciado la ADAC tras analizar las cifras de la KBA, que ilustran el rápido envejecimiento de los vehículos en las carreteras alemanas. Sin embargo, lo que en general se percibe como una buena señal de excelente calidad técnica y longevidad, también oculta algunos aspectos negativos. Por ejemplo, muchos de los coches clásicos carecen de sistemas de filtrado, por lo que contribuyen en gran medida a la contaminación atmosférica. Aunque está claro que estos ejemplos de patrimonio técnico no pueden cumplir las normas actuales de protección de la calidad del aire, a los coches clásicos se les permite incluso entrar en zonas medioambientales sin distintivo medioambiental. Así se determinó también tras una reciente modificación de la Ley de Tráfico por Carretera, que confirmó la exención del requisito de la pegatina para los coches históricos. Así pues, a estos coches fascinantes pero contaminantes se les permite hacer lo que a la mayoría de los motores de combustión diésel o gasolina.  Esto no sólo está provocando críticas entre los propietarios de coches de combustión, sino que también preocupa a los residentes de las zonas medioambientales. Para reducir los efectos negativos del tráfico con motores de combustión en los centros urbanos densamente poblados y asumir la misma responsabilidad por ello, también habría tenido sentido una prohibición parcial o al menos temporal de circular para los coches clásicos.