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Cable de carga adé

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La carga de los coches eléctricos se revolucionará con la carga inductiva durante la conducción. Investigadores de la Universidad Técnica de Braunschweig lo están estudiando en el proyecto "eCharge". Sin embargo, la tecnología aún parece cosa del futuro: la carga inductiva todavía está en pañales.

A la hora de decidirse a favor o en contra de un coche eléctrico, la falta de autonomía y los inconvenientes de la carga suelen desempeñar un papel importante. El proyecto "eCharge" de la TU Braunschweig investiga ahora la carga inductiva durante la conducción para hacer superflua la carga con el cable de alimentación.

En el proyecto se están instalando módulos de inducción en el asfalto de tramos de autopista de 25 kilómetros de longitud. En estos módulos, o bobinas, circula corriente alterna que genera un campo magnético. Cuando un coche eléctrico con su correspondiente estructura de carga circula por el asfalto, la corriente fluye y carga la batería del vehículo. Se espera que esta tecnología aumente la autonomía del coche hasta un 20%.

El sistema no haría obsoletas las estaciones de carga, pero reduciría el problema de la recarga durante los viajes más largos. La tecnología también sería concebible en aparcamientos. BMW ya introdujo este sistema en 2018 con un llamado "ground pad".

Pero hasta ahora, la tecnología de carga inductiva todavía tiene muchos problemas.

Uno de estos problemas es la distancia entre el módulo de inducción, es decir, la bobina en el suelo, y la batería del coche. Esta distancia debe medirse con precisión para que la carga funcione. Al igual que un smartphone que se carga sin cable, la carga no funciona en cualquier posición. Por lo tanto, al aparcar, los vehículos tendrían que colocarse primero en una posición precisa para que la electricidad pueda fluir. Al conducir, el problema de la distancia dificulta aún más la carga inductiva.  

La pérdida de potencia durante la carga inalámbrica también es enorme. Todavía sólo se conocen los valores de la carga inductiva de los smartphones, pero aquí el método probado con cable tiene un rendimiento de alrededor del 75%, que es significativamente mayor que con la carga inductiva. Sin cable, se pierde mucha energía en forma de calor, de modo que sólo un 60% de la corriente llega realmente a la batería durante la carga óptima. Si el smartphone no se coloca exactamente sobre la almohadilla de carga, sólo se utiliza el 40% de la energía. Que la electricidad se haya generado con energías renovables es, por supuesto, tan importante como cuando se carga con un cable.

Si la tecnología demuestra su eficacia, la conversión de autopistas y aparcamientos sería una tarea colosal. Después de todo, los módulos de inducción tendrían que instalarse a intervalos regulares por todo el país o incluso por toda Europa con una tecnología uniforme para hacer realidad la conducción con carga inductiva.

No obstante, esta tecnología podría ser un paso más hacia la movilidad ecológica.