En la Sprengelkiez de Wedding y en muchos otros barrios de Berlín, los bolardos regulan y restringen el tráfico. Pero los vecinos siguen ajenos a la decisión y quieren que se revoque. También en otras ciudades como Londres, las medidas de pacificación del tráfico causan malestar y críticas entre los ciudadanos.
Se acabó el tráfico de paso en el barrio, ya que el Sprengelkiez de Berlín-Boda se convierte en el llamado "Kiez-Block". Esta es la decisión del parlamento del distrito que inició el bloqueo del barrio. De este modo, la capital quiere expulsar a los coches del barrio y crear más espacio para la movilidad en bicicleta y los lugares de encuentro social, por ejemplo. Sobre el papel, se supone que los residentes saldrán beneficiados, pero la realidad es otra. No sólo preocupa el presupuesto de 450.000 euros, sino también lo que el bloque de coches supondrá para los residentes.
Según la concejala del distrito Almut Neumann (Verdes), el Kiez-Block in Wedding se construye a petición de muchos residentes. Sin embargo, cuando se les pregunta, se forman una imagen completamente distinta. Los ciudadanos no tuvieron oportunidad de participar en la decisión, y la iniciativa aún no ha logrado el efecto deseado - explican los residentes de Kiez. "Los ciclistas siguen circulando por la acera" y no habría zonas de carga en los nuevos carriles bici, lo que provocaría problemas en la entrega de mercancías para los comercios afectados. Incluso la CDU habría entrado en el debate y exigido explicaciones por la falta de participación ciudadana. A esto, la asamblea del distrito respondió que un comunicado de prensa y un código QR informaban a los ciudadanos sobre el proyecto. Sin embargo, para los numerosos ancianos residentes en Sprengelkiez, esto es completamente insuficiente - critica Daniela Fritz (CDU).
Sin embargo, la bolardización del Weddinger Kiez no es un caso aislado en la capital. En todo Berlín ya se han decidido 24 bolardos de barrio, por ejemplo en Gartenstadt Tempelhof, Viktoriakiez, Großbeerenstraße, Bergmann- y Ostkreuzkiez y muchos otros barrios. También en este caso, las ventajas que aporta la nueva medida van a la zaga de las numerosas desventajas percibidas por los residentes y los propietarios de comercios. A menudo se critica duramente la decisión de los políticos locales y del ayuntamiento. Al igual que en Inglaterra, y principalmente en Londres, medidas similares de pacificación del tráfico están en el punto de mira de los críticos.
De hecho, desde 2020, se han introducido más de 70 Barrios de Bajo Tráfico (LTN) -zonas con bajos volúmenes de tráfico- para mitigar el tráfico de automóviles y la contaminación atmosférica mediante el uso de barreras como bolardos o árboles barrera. Como en Alemania, en la capital británica hay mucha presión para suprimir las barreras para coches. No sólo porque los ciudadanos y empresarios sufren la exclusión del barrio de la red viaria activa, sino también por el impacto en el tráfico de vehículos prioritarios. Unas 240 ambulancias, por ejemplo, se vieron retenidas por el escaso tráfico de los barrios y tardaron en llegar a los servicios de emergencia.
¿Cómo se las arreglará ahora Londres? ¿Y Berlín? ¿Cómo pueden las ciudades introducir medidas de pacificación y mitigación del tráfico en el futuro sin descuidar las necesidades de los ciudadanos? ¿Tendrán aún las LTN y los bloques de vecinos la oportunidad de hacer algo positivo por el clima y la calidad de vida en los barrios afectados? ¿O se impondrán los críticos y exigirán su abolición? De momento, todo esto sigue sin estar claro.