Ante la masiva evolución de los precios en los surtidores de gasolina, existen diversos planteamientos para reducir la dependencia de las materias primas rusas. El portavoz de política energética del SPD, Scheer, aboga ahora por los domingos sin coches. También cree que es esencial un cambio más rápido a las energías renovables. El Partido Verde de Berlín también aboga por un domingo sin coches.
Casi la mitad de la población está a favor de los domingos sin coches, al menos en todo el país. Según el instituto demoscópico civey, el 48% de la población ve con buenos ojos esta medida. El 45% está en contra. La gente es más crítica con la subvención de los carburantes que la ministra federal de Hacienda, Lindner, ha sacado a debate. El 72% está en contra y el 39% a favor. Sin embargo, el instituto demoscópico civey ha sido criticado en el pasado por el hecho de que sus resultados son menos significativos que los de otros institutos de investigación de opinión debido a la forma en que se realiza la encuesta. Sin embargo, el portal de encuestas YouGov también llega a conclusiones similares en lo que se refiere a los domingos sin coche: el 54% está a favor, el 37% en contra de los días sin coche.
Las consecuencias de la subida del precio de la gasolina las sufren directamente los consumidores. El sector del taxi quiere cobrar precios más altos, pero la decisión corresponde a los distritos o ciudades. Los precios de las autoescuelas ya han subido. Los servicios asistenciales también se ven especialmente afectados. La tarifa plana por desplazamiento es actualmente de 4,70 euros por trayecto, lo que ya no es rentable, sobre todo en las zonas rurales. Esto significa que las personas necesitadas de cuidados podrían tener que pagar más de sus propios costes. Los comerciantes también cobran ya más por el desplazamiento. Lo mismo ocurre con los servicios de reparto y los restaurantes que reparten sus comidas a domicilio por motor, donde se espera que los precios suban un 10%.
Además de los domingos sin coches, el político ecologista Scheer (SPD) también reclama un cambio más rápido a los combustibles no fósiles. Probablemente, los domingos sin coches no podrán contrarrestar el aumento de los precios, pero quizá sí consigan que Alemania se deshaga un poco antes del petróleo y el gas rusos. Greenpeace ha calculado que con dos domingos sin coches al mes se necesitarían 1,3 millones de toneladas menos de combustible a lo largo del año. La proporción de petróleo importado disminuiría un 1,4%. Si todos los domingos no hubiera coches, se reducirían incluso 2,9 millones de toneladas, lo que equivaldría a un 5,6% menos de petróleo y a una notable disminución de las emisiones contaminantes globales. El rápido aprovechamiento de las energías renovables en detrimento de los combustibles fósiles también repercutiría positivamente en la calidad del aire.