La empresa estadounidense se prepara para la revolución del transporte ecológico e invierte mil millones de euros en vehículos eléctricos para entregas en el continente europeo: desde e-trucks hasta centros de micromovilidad para la entrega de paquetes sin emisiones.
Para 2040, Amazon quiere reducir a cero las emisiones netas de dióxido de carbono de sus operaciones de transporte. Aún queda un largo camino por recorrer antes de alcanzar las emisiones netas cero, algo que, como nos recordó el consejero delegado Andrew Jassy, "requiere una inversión significativa y sostenible". Y este es precisamente el plan de acción de la empresa: movilizar mil millones de euros para la electrificación del transporte de reparto y mercancías en los próximos cinco años, 400 millones de los cuales se destinan únicamente al mercado alemán.
El objetivo es triplicar con creces la flota de vehículos eléctricos. Los 3.000 vehículos eléctricos que actualmente reparten paquetes de Amazon por toda Europa con cero emisiones se ampliarán a más de 10.000. Además de estos, el gigante del comercio electrónico también quiere contar con alternativas más sostenibles para distancias más largas y para el transporte desde y hacia los centros de envío. Amazon comprará en el futuro unos 1.500 camiones con motores eléctricos, con la intención de aumentar posiblemente este número. Parte del dinero se invertirá en su propia infraestructura de recarga. Esto se debe a que una red de recarga suficiente es esencial para poder suministrar electricidad a tantos vehículos eléctricos, sin que se produzcan tiempos de espera interminables, lo que ralentizaría enormemente los procesos logísticos de la empresa.
Como lo ideal es que los puntos de recarga suministren electricidad ecológica, Amazon también está construyendo centrales eléctricas ecológicas, como un parque eólico en el Mar del Norte. El objetivo a largo plazo de la empresa no es sólo electrificar completamente su flota, sino hacerla funcionar con energía limpia procedente de fuentes renovables.
Al menos en Europa, donde la futura prohibición de nuevas matriculaciones de motores de combustión irá acompañada de un número cada vez mayor de prohibiciones de circular con diésel y gasolina y restricciones de tráfico en toda Europa, el plan tiene sentido. Con su estrategia eléctrica, Amazon quiere, en última instancia, prepararse para ello y garantizar que la empresa siga siendo comercializable, pudiendo llegar con sus vehículos a clientes de toda Europa en casi cualquier lugar del continente. Incluso dentro de las numerosas zonas medioambientales que regulan estrictamente el tráfico y las emisiones correspondientes en muchos países y que son cada vez más estrictas de año en año.
Para Amazon, sin embargo, la revolución del transporte no se detiene en las furgonetas y los camiones. La gran empresa no sólo quiere cambiar a vehículos más sostenibles, sino también eliminar el uso de cualquier vehículo motorizado de cuatro ruedas siempre que sea posible. En las grandes ciudades, los paquetes se entregarán a pie o en bicicleta de carga. Para esta entrega de "última milla", el minorista en línea planea duplicar el número de los llamados "microcentros" de entrega sin emisiones para 2050. Estos centros ya funcionan a pleno rendimiento en 20 ciudades europeas. Junto con la inversión de mil millones de euros en furgonetas de reparto eléctricas, Amazon alcanzará entonces la marca de cero emisiones en la totalidad de sus procesos de reparto, y mantendrá así su posición en un mercado que se verá considerablemente influido y restringido por las próximas normativas sobre emisiones como parte de los objetivos climáticos.